Erase una vez una señora de edad avanzada, que vivía en un área rural de Honduras, después de poseer por 45 largos años una X cantidad de manzanas de tierra, el valor de estas se apreció hasta X cantidad de miles de lempiras.
Aparentemente sus hijos, con toda una vida de problemas de deudas, la han convencido que venda esas tierras. No han tenido la paciencia de esperar que la señora fallezca para repartirse esa herencia. La señora muy ingenuamente pregunta si esa X cantidad de dinero es bastante.
Ante tanta inocencia cualquiera podría haberle dicho que con eso se paga la deuda externa del país y todavía le sobra, sin dudar lo hubiera creído, ó mejor dicho, lo ha creído.
Esta es mi forma de protestar y sacarme la frustración, escribirlo y que lo sepa el mundo.
domingo, 3 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
que triste que hay personas que no tienen conciencia verdad?
ResponderEliminar